Ardor en la boca del estómago, dolor en el pecho, sensación de que la comida se devuelve, tos seca (sobre todo al acostarnos), sensación de que la comida no pasa bien o de taco en la garganta.
Si la agriera ocurre muy frecuentemente y es demasiado molesta, si el dolor es muy intenso, si tenemos vómito con sangre, si observamos pérdida de peso o si hay dificultad para tragar.