Estructuras de elementos verticales, horizontales y diagonales de maderas generalmente aserradas y de buena calidad para evitar que el comején y los hongos le resten vida útil a la casa. Se pueden barnizar o pintar con pinturas de aceite que la protejan de la intemperie y le aporten el color tradicional de la arquitectura de nuestros campos.
En zonas costeras o calientes, los techos de palma son económicos, térmicos y bellos. Se deben fumigar dos o tres veces al año contra insectos para evitar la presencia de roedores y serpientes.
En suelos firmes y estables, las fundaciones suelen ser de piedras grandes y concreto económico (concreto “ciclópeo”), dentro de las cuales se aseguran los parales de la casa.
Es importante darle al piso un buen soporte de piedra o recebo, mezcla de arena y balastro, de 15 a 20 centímetros de espesor, sobre el suelo mineral nivelado y bien apisonado. También se puede poner plástico sobre la piedra, para evitar que el concreto se filtre.