Esta pregunta se vuelve más importante cuando vamos a ser padres, porque según entendamos cómo es un niño vamos a tener una mejor relación con él, y vamos a ayudarle a que sea feliz y a que crezca de una manera sana y equilibrada.
Es una persona única e irrepetible. No existen dos niños iguales. Cada niño es valioso en sí mismo, y lo mejor que podemos hacer es tratar de ver y comprender cuáles son las diferencias que lo hacen valioso.
Es una persona sensible e inteligente. El niño todo lo siente y desde que nace es dueño de una gran inteligencia que está siempre alerta, captando lo que hay alrededor. El niño siente ante todo el afecto de las personas que lo rodean y también es capaz de expresar afecto.
Es una persona que desea. El niño, desde sus primeros días, es una persona que expresa sus deseos con gran fuerza. Desea comer, desea compañía, desea un abrazo, desea ante todo que lo quieran y que lo protejan. Siempre debemos tratar de comprender qué es lo que desea el niño, para que se sienta confortable y querido en este mundo que empieza a conocer.
Es un ser al que le gusta jugar. Para el niño todo es juego y gracias a él desarrolla sus habilidades y talentos. Jugando aprende a caminar, a hablar y a relacionarse con los demás, a conocer otros mundos y a tener hábitos cotidianos y disciplina.
Es el protagonista principal de su propia vida. En principio, la persona más importante para un niño es él mismo. El niño trae una fuerza y una manera de ser propia que va a orientar su vida, y una serie de habilidades y talentos que debe desarrollar para que su vida sea plena. Sus padres y otras personas cercanas deben ayudarlo a ser él mismo, acompañándolo con estímulo y protección.
Es un ser muy dependiente que debe llegar a ser independiente. Al nacer, un niño depende para todo de sus padres y de las personas que lo cuidan. El arte de la crianza consiste en hacer que el niño pueda llegar a valerse por sí mismo en todos los aspectos de su vida. Y esto lo logra si cuenta con el apoyo de las personas que lo quieren y respetan.
Es un ser que aprende y crece muy rápido. Nadie aprende tan rápido como un niño. Durante los primeros 6 años, el niño crece y aumenta su conocimiento a grandes velocidades. Un niño aprende cosas nuevas y mientras tanto su cuerpo y su cerebro van creciendo como en ninguna otra etapa de su vida.
Es un ser social. Un niño quiere, por instinto, relacionarse con personas de cualquier edad. Y a través de estas relaciones que establece con los demás desarrolla su propia personalidad, y se convierte en un miembro activo de su familia y de su comunidad.