Una vez identificados los lugares para los cultivos, debemos preparar el terreno, formar las eras, abonarlas y ponerles una piel o cobertura vegetal que las proteja, y por último, sembrar.
La mejor manera de preparar el terreno para los cultivos es trazar curvas con un pequeño desnivel o terrazas de cultivo que permitan que el agua corra muy lento entre las eras, las mantenga húmedas y no arrastre los nutrientes a otro sitio.
Muchas de las culturas antiguas que vivían en las montañas tenían dificultad con sus cultivos por el arrastre natural de la materia orgánica y los minerales, debido a la escorrentía del agua. Por esto desarrollaron las terrazas de cultivo, construcciones que siguen siendo utilizadas hoy en día por las familias campesinas de varios lugares del mundo. Cada sitio, por más plano que parezca, tiene una pequeña inclinación que se evidencia cuando trazamos las curvas de nivel.
Este tipo de trazado ayuda a mejorar la fertilidad de los cultivos a partir de un principio básico y sencillo, contribuye a conservar el suelo, a evitar deslizamientos y erosión y a mantener su humedad. Para trazar estas curvas resulta indispensable construir un agronivel.
El agronivel es una herramienta sencilla para trazar las curvas de nivel, fácil de hacer y revolucionaria. Solo se necesitan tres palos, un poco de pita o cabuya, un metro y algunos cálculos básicos para crear un lugar idóneo para los cultivos.
Para fabricarlo necesitamos:
Cómo se construye:
Cómo se utiliza:
Demarcación del terreno: primero, ubique el sitio más alto del terreno que quiera trazar y clave una de las estacas en ese lugar. Al lado de esta primera estaca ubique el palo marcado o pintado del agronivel y muévalo hasta que la pita quede en la marca que indica los grados de inclinación (1 ó 2 cm). En este momento, clave otra de las estacas en el sitio donde quedó el otro extremo. Mueva la pata marcada del agronivel hasta la segunda estaca, para repetir el procedimiento hasta llegar al final del terreno que desea trazar.
Luego, ponga una cabuya que una todas las estacas al nivel del suelo. En ese momento, con la pala o el palín, trace cada era teniendo cuidado de respetar la marca hecha con la cabuya.
Preparación de las eras: una vez terminadas las terrazas a nivel, elimine del terreno piedras y raíces de cosechas anteriores o de arvenses, y nivele la superficie con un rastrillo o un azadón. Prepare cada era con tres partes de tierra por una parte de algún abono que contenga materia orgánica, microorganismos y minerales (preparación de abonos, págs. 64-77). Las eras no deben superar los 1,20 metros de ancho para poder alcanzar fácilmente los productos desde los caminos y aprovechar todo el espacio disponible. El largo de cada era y la cantidad de tierra y abono dependen del terreno disponible y de la cantidad de productos que queramos sembrar.
Dos semanas después de la preparación de las eras, el terreno estará listo para sembrar y luego reabonar.