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Convulsiones febriles en los niños

Convulsiones febriles en los niños

La fiebre puede causar convulsiones a los niños en casos muy poco frecuentes y, afortunadamente, aunque impactantes, normalmente no son dañinas (no necesariamente causan daño cerebral, tampoco retraso mental y menos la muerte).

 

Síntomas, ¿qué molestias puede producir?

Una convulsión febril sucede durante las primeras horas de la fiebre. El niño puede tener una apariencia extraña, luego ponerse tenso, tener contracciones y movimientos raros (sobre todo en los ojos), y quizá no responda a estímulos por un breve período de tiempo. Después del ataque, el niño queda un poco adormecido hasta que recupera su estado normal. Generalmente, duran menos de un minuto.

 

¿Qué hacer?, ¿cómo tratarlas en casa?

  • Ubicamos al niño en el piso o en la cama, lejos de objetos peligrosos.
  • Le giramos la cabeza hacia un lado para que la saliva o el vómito puedan salir de su boca.
  • No debemos ponerle nada en la boca: no se tragará su propia lengua.

 

¿Cuándo consultar al médico o ir al hospital?

No todas las convulsiones que se presentan en los niños con fiebre son convulsiones febriles: hay otras enfermedades que se manifiestan con fiebre, como la meningitis, y que producen convulsiones (estas sí son muy peligrosas). El adulto responsable debe llevar el niño al hospital para que el personal de salud evalúe el caso.

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