Desde una sensación de gripa leve hasta una insuficiencia respiratoria que lleva a la muerte. Esto es lo grave: los síntomas son muy variables, lo cual hace muy difícil aislar a todas las personas infectadas para que no contagien a los demás. No hay lugares seguros y, por esto, tenemos la obligación de actuar siempre como si portáramos el virus, aunque sin caer en la paranoia.
Los síntomas más frecuentes son fiebre, dolor de cabeza, tos, dolor de garganta, diarrea, dificultad para respirar, malestar general y, en algunos casos, pérdida del olfato y del sabor.
Así que hasta que las autoridades de salud no indiquen lo contrario, debemos ponernos siempre que estemos en público (incluso dentro de nuestras casas en algunas circunstancias) un tapabocas para cubrirnos nariz y boca, lavarnos las manos muy frecuentemente con agua y jabón o, en su defecto, aplicarnos gel desinfectante, y, sobre todo, no acercarnos demasiado a los demás y evitar lugares cerrados y aglomerados. Cuando no haya más remedio que estar con más personas, nos corresponde dejar una buena distancia entre unos y otros y preferir sitios abiertos y ventilados.
· Quedarnos en casa, aislados de los demás miembros de la familia y sin recibir visitas.
· Dormir solos, si es posible, usar tapabocas constantemente y mantenernos a dos metros de los demás.
· Lavarnos las manos a menudo, no compartir objetos de uso personal como toallas o cuchillas.
· Llamar a la EPS/EAPB, a la línea nacional 018000955590 o, desde un teléfono celular, al 192. Allí nos explicarán el procedimiento para la realización de la prueba.
· Seguir las instrucciones de la EPS/EAPB en cuanto a manejo y uso de medicamentos (acetaminofén, antiinflamatorios u otros).
· Consumir mucho líquido y tomarnos la temperatura.
Receta de jarabe para subir las defensas
Ingredientes. El zumo de nueve limones, un rábano pequeño, una cabeza de ajo completa con todos los dientes, una cebolla roja mediana y diez cucharadas de miel de abejas.
Preparación. Licuamos los ingredientes sin agregar agua y guardamos en un frasco de vidrio en la nevera. Tomamos una cucharada sopera del jarabe antes de cada comida.
Debemos entrar en cuarentena y llamar a la EPS/EAPB (o a la línea nacional de salud) para recibir instrucciones acerca de la prueba. Es fundamental que prestemos especial atención a las medidas de autocuidado para no contagiar a otros habitantes de nuestra casa. Normalmente, el riesgo está superado después de los 14 días del contacto.
Cuando sintamos dificultad para respirar, dolor o presión persistente en el pecho, confusión o coloración azulada en los labios o en el rostro.
Las vacunas preparan a nuestro cuerpo para defenderse si se encuentra con el virus del COVID-19. Por lo tanto, harán que esta enfermedad pase a ser una enfermedad conocida por nuestro organismo, como la varicela, el sarampión o la polio, males contra los cuales estamos todos vacunados y, por lo tanto, protegidos.
Después de vacunarnos, sin embargo, debemos mantener los cuidados, pues existe todavía posibilidad de contagio, aunque, en todo caso, los síntomas serán mucho más leves.
La vacuna y, aparte de las medidas de autocuidado descritas, llevar una vida lo más saludable posible para mantener nuestras defensas a toda máquina; esto implica no fumar ni tomar demasiado alcohol, y hacer ejercicio, recibir un poquito de sol cada día para aumentar los niveles de vitamina D y llevar una alimentación balanceada.
Los humanos somos seres sociales, es decir, necesitamos de los demás para estar bien, por eso es muy difícil permanecer sano en una comunidad enferma. Además de cuidar nuestro cuerpo, debemos cuidar nuestro entorno para estar saludables. Esa es la manera como todos podemos ayudar a cuidar de todos.
Cuando estornudamos, sale una fina lluvia de mucosidad y gérmenes que puede salpicar hasta tres metros. Tratemos siempre de llevar pañuelo, o pongamos el brazo como bloqueo para taparnos la boca al estornudar o toser, evitando así contagiar a otros.