Produce una sensación de malestar de diferentes tipos en el abdomen: localizado, tipo cólico, etc., con o sin síntomas asociados como estreñimiento (no ha hecho popó en varios días), vómito o diarrea.
Asegurémonos de que el niño descanse lo suficiente.
· No lo obliguemos a comer si no quiere hacerlo, pero si tiene hambre, dejémoslo comer lo que prefiera.
· Coloquemos una bolsa de agua caliente (no hirviendo) envuelta en un trapo o toalla sobre la barriga del niño, o preparémosle un baño tibio. También podemos usar compresas con flores de manzanilla en una tela y colocar la bolsa caliente encima de la compresa.
· Si presenta vómito y diarrea, debemos tratarlo.
· En los casos en que el niño sufra repetidos ataques de dolor abdominal.
· Si lo despierta el dolor.
· Si el dolor interfiere con actividades como jugar o estudiar.
Algunas veces, un dolor de estómago puede indicar apendicitis, y esta requiere cirugía; por esto, siempre que sospechemos, debemos consultar urgentemente. El dolor a menudo comienza en el medio de la barriga de manera aguda y desciende por el lado derecho (lugar donde se encuentra el apéndice). La barriga duele al tocarla, y hay dificultad para toser o caminar (Mira el artículo sobre dolor abdominal en adultos).
· Dolor severo o que empeora; dolor que se ha movido de posición.
· Fiebre mayor de 39 °C o por más de 48 horas.
· Mal aspecto del niño.
· Vómito que nos impida alimentar al niño o hidratarlo.
· Sangre en vómito o deposición.
Una buena alimentación e higiene del cuerpo y de los alimentos puede ayudarnos a prevenir algunos dolores de estómago en niños.