De los seis a los siete años el niño logra tener gran autonomía, se siente muy independiente y a la vez más consciente de los demás.
Le gusta la aventura y la exploración y muchas veces es indeciso, porque ya conoce cuáles son sus miedos y sus habilidades, sabe hasta dónde puede ir y hasta dónde se puede arriesgar, pues al mismo tiempo conoce los peligros que lo rodean.
Razona de una manera muy aguda e inteligente y, aunque sigue siendo muy crédulo e inocente, no se le pueden contar cuentos forzados o medias mentiras porque las descubre fácilmente.
Aprende de todo lo que lo estimula e interesa, sueña y fantasea despierto, y lo que se propone por voluntad propia trata de lograrlo. Es muy sensible a la compañía de otros, a los halagos pero también a las amenazas.
Clic aquí para ver los juegos y juguetes apropiados para esta edad.