De los doce a los dieciocho meses, el niño desarrolla grandes habilidades: aprende a caminar, se vuelve más independiente, amplía el número de palabras que dice, y se convierte en un ser muy sociable. Todas estas habilidades lo hacen sentir como una verdadera personita.
Ahora se hace mucho más evidente su carácter y su temperamento porque está en capacidad de relacionarse con los demás de una manera más activa, sabe muy bien qué es lo que quiere y qué es lo que le gusta en términos de compañía, de juegos y de comida.
Tiene gran capacidad para aprender nuevos juegos y se nota que su mente actúa por la gran curiosidad que muestra ante todo lo nuevo, por las cosas que descubre, por su afán de comunicarse y de obtener aprobación de las personas que lo rodean.
Los problemas más frecuentes durante la noche son los miedos nocturnos. La mayoría de las veces basta con ir a su cama y tranquilizarlo por un momento.
Cuando las miedos son muy fuertes, saque el niño de la cama y dele de beber un poco de agua para despertarlo del todo. Espere a que se tranquilice y acompáñelo de nuevo a dormir.
Para hacer más nutritiva las comidas, en la preparación de puré, papillas y sopas, se debe tener en cuenta:
Ya es hora de que el niño, con su ayuda, empiece a lavarse los dientes después de las comidas. Acompáñelo y enséñele a hacerlo como si fuera un juego. No deje que el niño utilice crema para lavarse los dientes, pues a esta edad no sabe cómo controlar la saliva y se la puede tragar, y el flúor que contiene la crema es dañino para su organismo.
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