De los cinco a los seis años el niño ya es consciente de sí mismo como persona y conoce sus derechos y deberes. Tiene gran claridad sobre la realidad que lo rodea, cómo es su familia, quiénes son sus vecinos, dónde vive y se alegra cuando le estimulan el aprecio y amor por ellos. Es muy sociable y se comunica con los demás con un lenguaje amplio, inteligente y fluido.
Sueña despierto con las cosas que quiere hacer cuando sea más grande o sobre quién quiere ser dentro de su comunidad. Tiene gran sentido de la independencia y quiere hacer cosas solo y disponer de su propio tiempo y espacio.
Los niños adquieren cada vez más confianza con el entorno y lo que sucede en él. Al principio aprenden a reconocer los hábitos que se repiten diariamente, después aprenden a reconocer los días de la semana. Más tarde identifican distintas épocas del año, como las épocas de cosechas o las vacaciones y por último aprenden a vivir el ciclo anual. Los cumpleaños y las fiestas de navidad ayudan a que el niño se familiarice con el tiempo que transcurre en un año.
Llegó el momento en el que el niño debe dar un salto hacia el mundo exterior abandonando durante varias horas del día lo que hasta entonces ha sido su nido, para comenzar a construir un nuevo círculo social: el de la escuela. Acompáñelo en este cambio con entusiasmo.
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