Seleccione frutas maduras y en buen estado. Pele las frutas elegidas y córtelas en láminas de un centímetro de grueso. Lávelas con limón para evitar que se oscurezcan. Seque con un trapo limpio y póngalas al sol sobre una bandeja hasta que se deshidraten. Cuando estén completamente secas puede guardarlas en frascos.