En niños menores de tres años. La fiebre, la irritabilidad y las náuseas son generalmente los únicos síntomas.
De cuatro años en adelante. Experimentan síntomas tradicionales como ardor al orinar, aumento en la frecuencia para orinar, dificultad para orinar, dolor en la espalda, mal olor en la orina y, a veces, fiebre o escalofríos.
Siempre que sospechemos que un niño está padeciendo una infección urinaria, debemos consultar al médico, ya que debe recetarle un tratamiento antibiótico.
Cuando observemos:
Fiebre. El niño presenta fiebre mayor de 39 ºC y no hay síntomas de infecciones respiratorias ni brotes en la piel o infecciones del sistema digestivo.
Niños con mal aspecto (se ven enfermos), irritabilidad y somnolencia, a pesar de haber recibido tratamiento para aliviar el malestar.