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La primera infancia

La primera infancia

En los primeros tres años de vida, el niño adquiere las tres grandes habilidades que le permiten vivir y relacionarse como ser humano: aprender a caminar a hablar y a pensar.

 

Grandes logros de la infancia

Caminar

Después de arrastrarse y gatear por toda la casa, de poner en movimiento toda su energía y todos sus músculos para desplazarse y satisfacer su creciente curiosidad, los niños alcanzan una de las metas más importantes del desarrollo motor: caminar.

Empezar a caminar es un momento grandioso para el niño. Ahora siente que empieza a parecerse a las personas grandes que lo rodean, disfruta de mayor independencia al poder moverse a su antojo para coger cosas que no estaban a su alcance y apreciar todo en forma diferente.

 

El niño aprende a caminar por práctica e imitación, y para hacerlo debe haber logrado ciertos avances:

Sostener la cabeza.

Voltearse solo, de boca abajo a boca arriba y al contrario.

Arrastrarse sobre su cuerpo estando boca abajo.

Sentarse solo, sin ayuda.

Gatear.

Pararse, con ayuda, y caminar con apoyo.

Hasta, por fin, caminar solo.

 

Hablar

El dominio del lenguaje y el aprendizaje del habla son las tareas más importantes en el período entre el primero y el segundo año. El desarrollo del lenguaje consiste tanto en la comprensión, que se desarrolla primero, como en la habilidad para hablar.

Desde que nacemos, todos los seres humanos tenemos afán de comunicarnos. El llanto es la primera forma de comunicación oral que utiliza el niño para expresar hambre, sed, incomodidad, cólico, deseo de estar acompañado y muchas cosas más.

El niño además oye las voces de los demás que le comunican sensaciones, e irá sintiendo la necesidad de repetir sonidos y de imitar las voces de las personas que le hablan.

El aprendizaje del habla pasa por las siguientes fases:

Pronunciar sonidos de alegría y de arrullo: guuguuuu, aaaha.

Balbucear o hacer varios sonidos diferentes que pueden sonar como palabras pero que no tienen un claro significado, como: tattataata, mammamamama, ppapaapapa.

Silabear o prounciar sílabas bien diferenciadas como: pa, ma, co. 

Pronunciar encadenamientos de sílabas, como: tetetete, mamamama, tatata, papapa.

Pronunciar una palabra clara que tenga un significado: papá.

Pronunciar palabras claras, encadenadas una a otras, que forman oraciones completas: quiero agua.

 

Pensar

Los primeros aspectos que desarrolla el niño en el camino hacia el pensar son la percepción y el reconocimiento.

Durante los primeros dos años, el niño utiliza a plenitud todos los órganos de los sentidos y los ejercita de manera constante. Ver, oír, oler, gustar, sentir, son actividades que lo proveen de sorpresas, de dolores y placeres, y de información vital sobre el ambiente que lo rodea.

La adquisición del lenguaje es un estimulo importante en el desarrollo del pensamiento, ya que en el proceso de aprender a hablar el niño piensa cuando establece una conexión al nombrar las personas y las cosas y va haciendo suyo los significados que viven en las palabras.

El niño investiga por su cuenta el entorno y hace sus primeros descubrimientos al percibir, identificar y reconocer las relaciones existentes entre las cosas. Luego, en un paso siguiente, experimenta y asimila toda la información que recibe y la ordena para incorporarla a su mente como nuevos aprendizajes.

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