Cuando se une la célula sexual femenina llamada óvulo con la célula sexual masculina llamada espermatozoide, surge la concepción. En el momento mismo de esta unión empieza a formarse una nueva vida humana que comparte la herencia biológica del padre y de la madre. El nuevo ser crece y se desarrolla en el útero materno durante las 40 semanas antes de nacer.
A los dos meses de gestación, el cuerpo del niño ya tiene todos sus órganos formados. En las treinta y dos semanas siguientes el cuerpo del niño crece y se desarrolla, y los diferentes órganos van adquiriendo sus funciones para prepararse para la vida que tendrá fuera del útero.
Durante este proceso la madre alimenta, da respiración y elimina los desechos del niño a través de la placenta.