Cada niño es único, tiene procesos de desarrollo distintos, de acuerdo a su predisposición genética, contexto, estilos de vida y pautas de crianza. Sin embargo, algunos niños tienen un desarrollo alterado por alguna causa, y se deben detectar y atender a tiempo para evitar que el impacto de esa alteración sea mayor. Por ejemplo, si se detecta que un niño no puede ver bien y se le facilitan unas gafas, va a continuar su desarrollo dentro de lo esperado. Si no se detecta a tiempo, el niño comienza a comportarse distinto porque no puede compartir lo que los otros están viendo; no participa de igual manera y los demás empiezan a excluirlo porque pueden creer que es perezoso, poco inteligente y caprichoso.
Si los padres descubren tempranamente alguna alteración podrán solicitar los servicios de salud y educación requeridos, para que el niño sea atendido de manera oportuna y con calidad. También pueden ayudarle a que tenga la posibilidad de jugar, compartir con otros niños de su propia edad, contar historias, salir a paseo con la familia, dibujar, y muy especialmente soñar.
Este niño no solamente necesita rampas, aparatos, muletas, audífonos, tableros de comunicación, o lengua de señas, sino, principalmente, una actitud favorable y positiva ante él; unas oportunidades donde se valoren sus capacidades y no solamente sus deficiencias.