Barro, madera, piedra, frutos y plantas locales fueron y han sido los materiales con los que se fabrican los instrumentos de cocina que han acompañado a los colombianos desde tiempos prehispánicos hasta la actualidad.
Pilón:
Es un tronco tallado principalmente de los árboles campano, piñón de oreja o caracolí, que se utiliza para pilar o triturar yuca, maíz, arroz y otros granos. La mano del pilón se construye de troncos de otros árboles más fuertes como el dividivi.
Molinillo:
Es un utensilio básico para batir el chocolate. Esta herramienta se fabrica usando la parte central (o placenta) de los frutos del magnolio; y aprovechando su consistencia leñosa y sus cavidades naturales, se le une un palo para lograr resistencia.
Piedra de moler:
Esta herramienta se utiliza para machacar y mezclar ingredientes como ajo, tomates, cebolla junca, cilantro, achiote y comino, entre otros, lanzando a los cuatro vientos un olor inolvidable. La piedra de moler no podía faltar en las cocinas y manos de las cocineras colombianas.
Coladores:
Se emplean para filtrar o cernir alimentos. Se fabrican con grandes cáscaras de totumas perforadas en la superficie, y con agarraderas de madera. Son ideales para colar jugos y recoger las impurezas de las pailas hirvientes.
Tiestos de barro:
Desde tiempos prehispánicos, estas vasijas se han utilizado para cocinar. Se preparan con un barro de color gris oscuro o colorado que se encuentra en las zonas que inunda el río, a unos 15 a 20 centímetros bajo el suelo. Las piezas se ponen a fuego medio hasta que endurezcan. Una vez duras, se frotan por dentro y por fuera con la parte interior de una cáscara de plátano cocida.
Calabazo y totumo:
Son recipientes que se hacen con el fruto del totumo, y se usan para transportar bebidas como chicha, agua de panela y otros líquidos. La elaboración consiste en sacarle toda la pulpa por un agujero hecho en la parte superior del fruto. El calabazo se deja al sol hasta que esté completamente seco. Luego se lava con agua hirviendo y queda listo para ser usado. Los calabazos pequeños también se emplean para fabricar cucharas y recipientes para comer o guardar la sal.
Achioteras:
Son utensilios destinados a contener el achiote, que se sumergen en los caldos para dar sabor y color a los alimentos. Son creados a partir de totumos pequeños o calabacitos perforados, a los que se les introducen granos de achiote.
Estropajo:
Se utiliza para lavar la loza y limpiar la cocina. Esta planta perteneciente a la familia de las calabazas produce un fruto que cuando está seco, se conoce como estropajo. Los frutos se recolectan cuando están amarillos, se les quita la cáscara, se lavan con agua y se ponen a secar en un lugar aireado y a la sombra.