Prevenir los incendios es fundamental en la finca, dentro de la casa y en el campo, en especial durante el verano. Las precauciones más importantes son:
No dejar líquidos inflamables como gasolina, alcohol, thinner, petróleo u otros combustibles cerca del fuego, ni en la cocina, ni cerca de enchufes eléctricos o de motores y máquinas que puedan producir chispas.
Los aparatos para prender el fuego, como encendedores y fósforos, así como las velas, las veladoras, las lámparas de gasolina y de petróleo, deben almacenarse lejos del alcance de los niños y ojalá en recipientes bien tapados.
Los recipientes de gas propano no deben tener conexiones en mal estado y las válvulas se deben mantener cerradas durante la noche y abrirlas en la mañana cuando se van a usar.
Las conexiones eléctricas de la casa no deben ser defectuosas ni tener cables pelados. Muchos incendios se originan por un corto circuito.
Si en la finca se cocina con leña, no se deben dejar fogones encendidos cuando se terminan las labores del día. Al preparar los alimentos se deben tomar precauciones, en especial cuando se está friendo, porque el aceite aviva el fuego.
Cuando se barra el patio no se deben quemar las hojas secas cerca de la casa.
En el huerto familiar o en los terrenos para la siembra no es recomendable hacer quemas, pues el fuego mata los microorganismos que dan vida al suelo.
Es conveniente establecer con los vecinos planes de acción en caso de que se presente un incendio en el campo. Para ello, es necesario definir con anterioridad cómo establecer una barrera de control e incluso cómo y en qué dirección hacer quemas dirigidas para que al llegar el fuego principal no encuentre material que le permita seguir ardiendo y propagándose.