Muchas personas se enferman porque consumen aguas contaminadas con productos químicos, insecticidas, o materias fecales humanas o de origen animal.
Por eso la protección de la salud de los miembros de la casa empieza con el uso de agua potable, bien sea filtrada o hervida.
El agua sin impurezas es ideal para la limpieza del cuerpo y de la ropa, y debe usarse especialmente en la cocina para lavar los alimentos antes de prepararlos.
La casa se debe mantener barrida y limpia para evitar la presencia de pulgas, piojos, cucarachas, moscas, chinches, zancudos y pitos, que son transmisores de enfermedades como el mal de Chagas y la malaria. Una casa limpia refleja también el alma de quienes la habitan.
El cuerpo también equilibra sus energías y refuerza sus sistemas de defensa cuando lo consentimos con baños hechos con plantas medicinales como el tilo y el saúco, que nos armonizan y generan una sensación de bienestar y alegría.
Las plantas medicinales como la albahaca, ortiga, poleo, hierbabuena, y romero controlan moscas. Los baños de ajenjo, romero y altamisa combaten las pulgas.
Diez litros de agua limpia con tres gotas de blanqueador Límpido son un buen desinfectante. Elimina las bacterias causantes de enfermedades digestivas.
Podemos hacer uso de varias herramientas para que las aguas negras y grises no afecten la salud ni contaminen el entorno.
O tanque retenedor de sólidos de las aguas negras del sanitario. Para una familia de seis personas el pozo debe medir 2 metros de largo, 1 de ancho y 1.20 de profundidad. Debe dividirse en dos cámaras comunicadas por dos ventanas de 30 centímetros de ancho, 40 de alto, construidas a 40 centímetros de altura medidos desde el fondo.
Las aguas deben llegar al pozo transportadas por una tubería de PVC de 4 pulgadas.
La red de recolección debe tener 5 centímetros de inclinación por cada metro de recorrido.
Para que la materia orgánica se deposite en el fondo, el agua debe permanecer mínimo seis horas en el pozo.
Debe tener 1 metro de altura por 60 cm de largo y 60 de ancho. Las aguas deben transportarse por tubería de PVC de 4 pulgadas y utilizar un codo que las descargue a 50 cm de altura. Deben salir a través de un conducto, en forma de codo que las capte a 15 cm del fondo. Las grasas y las espumas de los jabones tienden a flotar y las aguas salen limpias de ellos.
De esta manera el líquido que usamos en el lavamanos sirve para llenar el tanque de agua del sanitario y así no gastamos agua limpia al descargarlo.
Tanto el pozo séptico como la trampa de grasas deben limpiarse cada seis meses. El residuo debe espolvorearse con cal y dejarlo descomponer para incorporarlo al suelo como abono.
Tanto en la ciudad como en el campo recibimos agua limpia de la Naturaleza y luego la usamos en nuestras casas, en la industria y en la finca, sin preocuparnos por el estado en que la devolvemos al ambiente.
Las aguas usadas o servidas se llaman negras, por que llevan del sanitario materia fecal y orina; grises, por que transportan residuos de jabón del lavadero, del lavamanos, del lavaplatos y de la ducha, e industriales, por que salen de las fábricas mezcladas con contaminantes peligrosos.
Todas estas aguas son nocivas para la salud de las plantas, los animales y los seres humanos.