Las plantas son los primeros seres vivos que captan y transforman la energía del Sol. Ellas convierten la luz y el calor solar, el aire, el agua y los nutrientes del suelo en materia vegetal, de la cual nos alimentamos los animales y los seres humanos. Cuando comemos vegetales y carnes estamos tomando la energía solar transformada y almacenada por otros seres vivos. Al cosechar y cuidar plantas y animales estamos aprovechando y haciendo parte de esa red de vida iniciada en el Sol.
A lo largo de la historia de la humanidad hemos aprendido a cosechar plantas y animales para consumirlos cuando están en su mejor punto. Así aprovechamos sus reservas de energía y damos impulso a nuestra propia vida. Tal es el poder del Sol, que muchos pueblos lo han considerado un dios y lo han adorado como el padre generador de la vida.