El color es fascinante, está en todo lo que nos rodea y, sin darnos cuenta, nos influye en cada momento; produce bienestar, comodidad e incluso alegría: el color va más allá de lo que vemos: es tono, acento, temperatura, luz, sombra y brillo.
Los colores se clasifican en primarios, secundarios y terciarios.
Colores primarios
Son los que no se pueden obtener por la mezcla de otros: amarillo, azul y rojo.
Colores secundarios
Son los que salen de la mezcla de dos colores primarios: naranja, morado y verde.
Colores terciarios
Estos salen de la mezcla de un color primario con uno secundario.
Los colores se clasifican en cálidos y fríos, según el efecto que producen en relación a la temperatura. Esta característica es usada en la elección del color de la ropa o de la vivienda, para lograr efectos refrescantes en climas calientes o efectos cálidos en zonas frías.
Colores fríos
El azul y los colores asociados al agua, el hielo y la luz de la luna son refrescantes. Son más apropiados para hacer frescos los ambientes en climas cálidos.
Colores cálidos
El rojo, el amarillo y el naranja son colores asociados al sol y al fuego y dan calor. Son más propios para crear el efecto de calor en climas fríos.
Los colores tienen poder de atracción o rechazo, producen sensaciones y emociones; logran dar calma, recogimiento, alegría o plenitud. Los colores, además, tienen significados, algunos ejemplos son:
Blanco: paz, inocencia, pureza, limpieza, perfección.
Negro: silencio, misterio, elegancia.
Amarillo: luz, calidez, alegría y expresividad.
Naranja: acogedor, dinámico, estimulante, fuerte.
Rojo: vitalidad, pasión, agresividad, potencia, peligro.
Azul: profundidad, estabilidad, fidelidad, serenidad.
Morado: misticismo, introspección, melancolía.
Verde: tranquilidad, esperanza, fertilidad, frescura.