La vida de cada uno es su mayor aventura, y en ella, todos buscamos un lugar para vivir y desarrollar nuestros planes. En el campo, ese lugar es la finca, y para que esta pueda darnos una buena producción, alimentos saludables y un mejor vivir, debemos planearla y trabajarla con mucho cuidado, siempre pensando en nuestro bienestar, en el de los demás, en el de la Naturaleza y en el de las generaciones que vienen. “Somos guardianes de la Tierra”.
La finca viva es un sistema compuesto por personas, cultivos, animales, bosques, aire, agua y todo lo que hay en ella, y como en cualquier sistema, sus componentes están relacionados y dependen los unos de los otros. ¿Qué sería de la tierra sin el agua? ¿Qué sería de las plantas sin el suelo? ¿Qué sería de los animales sin las plantas? ¿Qué sería de nosotros sin los animales y las plantas?
En la finca, las plantas, los humanos y los animales mantenemos relaciones especiales de convivencia que, al ser armónicas, permiten niveles adecuados de productividad y conservación de la Naturaleza como base fundamental para la vida.
Para planear y trabajar en la finca, lo primero que debemos tener en cuenta son los gustos y necesidades de nuestra familia, al igual que definir cómo queremos vivir y cómo nos visualizamos hacia el futuro.
Para descubrir qué debemos hacer para llegar a donde queremos, podemos formularnos preguntas como las siguientes: ¿Qué queremos hacer en la finca? ¿Dónde lo haremos? ¿Qué tenemos y qué podemos mejorar? ¿Con qué recursos físicos y económicos contamos? ¿Qué queremos cultivar para tener nuestros propios alimentos? ¿Qué queremos y podemos cultivar para vender? ¿Qué animales nos ilusiona tener? Son todas preguntas válidas para empezar a planear y trabajar exitosamente la finca. Al plantearnos estas y otras preguntas similares, podemos tener claros nuestros objetivos. Si estos están claros, es factible continuar con el diseño del terreno que nos ayude a crear sistemas de producción sostenibles.
Una de las cosas que hay que considerar es dónde vamos a ubicar las viviendas, los bosques, los animales, las cercas vivas, los cultivos, el agua con la que contamos y todo lo que necesitamos para hacer realidad nuestros sueños, y tener el futuro que deseamos, en armonía con el entorno.
Los propietarios de las fincas que ya se encuentran diseñadas y en funcionamiento, también pueden tomar en cuenta estos consejos para rediseñar sus terrenos, aumentar la producción y generar ambientes saludables.
La forma en que las personas percibimos nuestro ambiente, las actitudes que desarrollamos hacia él y nuestros valores sociales son la base de nuestra propia sostenibilidad.
Una vez que tengamos claros nuestros objetivos debemos proceder a ubicar:
1. Vegetación: árboles, cercas vivas, coberturas vegetales, cultivos.
2. Las fuentes de agua.
3. Edificaciones: viviendas, casas para los animales y otras construcciones.
4. Los sitios donde vamos a ubicar los cultivos tanto para la venta, el intercambio y el autoconsumo, como para el alimento de los animales.
5. Las áreas donde vamos a tener los potreros.
6. Caminos, accesos y divisiones.