Lycopersicon esculentum Mill. | Familia: Solanaceae
Nombres comunes: tomate.
Clima: cálido, templado y frío. Crece entre los 0 y los 3.000 metros sobre el nivel del mar.
Partes utilizadas: frutos y hojas.
El tomate es bueno para la próstata, para prevenir la formación de coágulos en la sangre y para aliviar problemas de la piel.
Previene la formación de coágulos en la sangre.
Su consumo regular mejora la función de la próstata.
Las hojas tiernas se aplican sobre la piel para tratar infecciones.
Los frutos hidratan y curan infecciones y quemaduras de la piel.
Sirve para aliviar problemas bucales.
Sirve como ingrediente de numerosos platos, como ensaladas, salsas, mermeladas, sopas, cremas, jugos y dulces.
Las hojas secas y hechas polvo se usan como insecticida y sirven para ahuyentar a las hormigas.
Cultivo: hierba de vida corta. Crece hasta los 2 metros de altura. Se propaga fácilmente a través de semillas que germinan rápido en almácigos con tierra bien abonada. Conviene sembrarlo acompañado de otras plantas con propiedades medicinales como el tabaco, la albahaca y la ruda, y de plantas alimenticias que movilicen nutrientes del suelo, como la cebolla y el frijol, que además permiten aprovechar al máximo el espacio en la huerta.
Recolección: los frutos se recolectan cuando adquieren un color rojo, y las hojas cuando florece la planta.
PRECAUCIONES: las hojas del tomate solo se deben utilizar externamente y no se deben consumir porque son tóxicas.